Hechos de los Apóstoles 13:1-52

13  Ahora bien, en Antioquía había profetas y maestros en la congregación local:+ Bernabé,+ Symeón —al que llamaban Niger—, Lucio de Cirene, Manaén —que fue educado con Herodes,+ el gobernante de distrito— y Saulo.  Mientras estaban sirviendo a Jehová y ayunando, el espíritu santo dijo: “Sepárenme a Bernabé y a Saulo+ a fin de que realicen la misión para la que los he llamado”.+  Entonces, después de ayunar y orar, les impusieron las manos y se despidieron de ellos.  Así que estos hombres, enviados por el espíritu santo, bajaron a Seleucia y allí se embarcaron para Chipre.  Cuando llegaron a Salamina, se pusieron a predicar la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos. Y Juan iba con ellos de ayudante.+  Después de atravesar toda la isla hasta Pafos, se encontraron con cierto judío llamado Bar-Jesús, que era un hechicero y un falso profeta.  Él estaba con el procónsul Sergio Paulo, un hombre inteligente. Este llamó a Bernabé y a Saulo porque estaba muy interesado en oír la palabra de Dios.  Pero Elimas, el hechicero (porque así se traduce su nombre), empezó a oponerse a ellos y trataba de apartar de la fe al procónsul.  Entonces Saulo, también llamado Pablo, se llenó de espíritu santo, lo miró fijamente 10  y dijo: “Tú que estás lleno de toda clase de fraude y toda clase de maldad, tú que eres hijo del Diablo+ y enemigo de todo lo justo, ¿cuándo dejarás de torcer los caminos rectos de Jehová? 11  ¡Mira! La mano de Jehová está sobre ti: te quedarás ciego y no verás la luz del sol por un tiempo”. Al instante, una espesa neblina y oscuridad cayeron sobre sus ojos, y comenzó a buscar a su alrededor a alguien que lo llevara de la mano. 12  Al ver lo sucedido, el procónsul se hizo creyente, pues quedó muy impresionado con las enseñanzas de Jehová. 13  Saliendo desde Pafos, Pablo y sus compañeros navegaron hasta Perga+ de Panfilia. Pero Juan+ los dejó y regresó a Jerusalén.+ 14  Sin embargo, ellos siguieron el viaje desde Perga y llegaron a Antioquía+ de Pisidia. Allí entraron en la sinagoga+ en sábado y se sentaron. 15  Después de la lectura pública de la Ley y los Profetas,+ los presidentes de la sinagoga mandaron a decirles: “Hermanos, si tienen alguna palabra de ánimo para el pueblo, díganla”. 16  Entonces Pablo se levantó, hizo señas con la mano y dijo: “Hombres de Israel y todos los demás que temen a Dios, escuchen. 17  El Dios de este pueblo, Israel, eligió a nuestros antepasados. Él engrandeció al pueblo mientras vivían como extranjeros en la tierra de Egipto y los sacó de allí con brazo fuerte.*+ 18  Y durante cerca de 40 años los soportó en el desierto.+ 19  Después de destruir a siete naciones en la tierra de Canaán, les dio sus tierras como herencia.+ 20  Todo esto sucedió durante unos 450 años. ”Después les dio jueces hasta el profeta Samuel.+ 21  Pero entonces exigieron un rey,+ y Dios les dio durante 40 años a Saúl hijo de Quis, un hombre de la tribu de Benjamín.+ 22  Después lo quitó y les dio a David como rey,+ de quien dio testimonio y dijo: ‘He encontrado en David hijo de Jesé+ a un hombre que complace a mi corazón.+ Él hará todas las cosas que yo deseo’. 23  De la descendencia de este hombre, Dios ha traído a Israel un salvador, Jesús, tal como había prometido.+ 24  Antes de que él llegara, Juan le había predicado a todo el pueblo de Israel el bautismo en señal de arrepentimiento.+ 25  Sin embargo, cuando estaba terminando su misión,* Juan decía: ‘¿Quién piensan que soy? Yo no soy él.*+ Pero sepan que detrás de mí viene uno a quien ni siquiera merezco desatarle las sandalias de los pies’.+ 26  ”Hermanos, los descendientes de la familia de Abrahán y el resto de ustedes que temen a Dios, a nosotros se nos ha enviado este mensaje de salvación.+ 27  Porque los habitantes de Jerusalén y sus gobernantes no reconocieron a este salvador, pero cuando lo juzgaron cumplieron las palabras de los Profetas+ que se leen en voz alta todos los sábados. 28  Aunque no encontraron ninguna base para matarlo,+ le exigieron a Pilato que lo ejecutara.+ 29  Y, cuando habían cumplido todo lo que se escribió sobre él, lo bajaron del madero y lo pusieron en una tumba.+ 30  Pero Dios lo levantó de entre los muertos,+ 31  y durante muchos días él se les apareció a los que habían subido con él de Galilea a Jerusalén. Estos ahora son sus testigos ante el pueblo.+ 32  ”Así que nosotros les estamos predicando las buenas noticias acerca de la promesa hecha a nuestros antepasados. 33  Dios la ha cumplido hasta el último detalle para nosotros, sus hijos, al resucitar a Jesús;+ es tal como está escrito en el segundo salmo: ‘Tú eres mi hijo; hoy he llegado a ser tu padre’.+ 34  Dios declaró que lo resucitaría de entre los muertos y que nunca más volvería a la corrupción* cuando dijo: ‘Les daré las muestras de amor leal prometidas a David, que son fieles’.*+ 35  También se dice en otro salmo: ‘No permitirás que tu siervo leal sufra corrupción’.+ 36  Pues bien, David sirvió a Dios durante su generación, se durmió en la muerte, fue enterrado con sus antepasados y sí sufrió corrupción,+ 37  mientras que aquel a quien Dios resucitó* no sufrió corrupción.+ 38  ”Por lo tanto, hermanos, sepan que les estamos anunciando el perdón de los pecados mediante él+ 39  y que, por medio de él, todo el que cree es declarado libre de culpa+ de todas las cosas de las que ustedes no podían ser declarados libres de culpa mediante la Ley de Moisés.+ 40  Por eso, tengan cuidado para que no les pase lo que se dice en los Profetas: 41  ‘Véanlo ustedes, burlones, asómbrense y mueran, porque en sus días estoy haciendo algo que ustedes no creerán aunque alguien se lo explique en detalle’”.+ 42  Ahora bien, cuando estaban saliendo, la gente les suplicó que hablaran de estos asuntos el sábado siguiente. 43  Una vez terminada la reunión* en la sinagoga, muchos judíos y prosélitos que adoraban a Dios siguieron a Pablo y a Bernabé, quienes hablaron con ellos y los animaron a permanecer en la bondad inmerecida de Dios.+ 44  El sábado siguiente casi toda la ciudad se reunió para oír la palabra de Jehová. 45  Cuando los judíos vieron las multitudes, se pusieron celosos y empezaron a contradecir a Pablo y a blasfemar contra lo que él decía.+ 46  Entonces Pablo y Bernabé les dijeron con valor: “Era necesario predicarles la palabra de Dios a ustedes primero.+ Pero, como la han rechazado y piensan que no merecen la vida eterna..., nos vamos a las naciones.+ 47  Jehová nos lo ha ordenado al decir: ‘Te he nombrado luz de las naciones, para que lleves la salvación hasta las partes más lejanas de la tierra’”.+ 48  Cuando los que eran de las naciones oyeron esto, se alegraron y empezaron a darle gloria a la palabra de Jehová, y todos los que tenían la actitud correcta para obtener vida eterna se hicieron creyentes. 49  Es más, la palabra de Jehová se difundió por todo aquel territorio. 50  Pero los judíos alborotaron a las mujeres influyentes que temían a Dios y a los hombres importantes de la ciudad y provocaron una persecución+ contra Pablo y Bernabé y los expulsaron de su territorio. 51  Así que ellos se sacudieron el polvo de los pies contra ellos y se fueron a Iconio.+ 52  Y los discípulos siguieron llenándose de felicidad*+ y de espíritu santo.

Notas

Lit. “alzado”.
O “carrera”.
O “Yo no soy el que ustedes piensan”.
O “descomposición”.
O “confiables”, “seguras”.
Lit. “levantó”.
O “asamblea”.
O “gozo”.

Notas de estudio

Herodes. Es decir, Herodes Antipas, hijo de Herodes el Grande. Ver glosario.

gobernante de distrito. Lit. “tetrarca” (que significa ‘gobernante sobre una cuarta parte’ de una provincia). El término se aplicaba a un gobernante de un distrito menor o a un príncipe territorial que gobernaba solamente con la aprobación de las autoridades romanas. La tetrarquía de Herodes Antipas abarcaba Galilea y Perea. Comparar con la nota de estudio de Mr 6:14.

Herodes, el gobernante de distrito. Ver la nota de estudio de Mt 14:1.

servicio santo. O “servicio público”. Aquí se usa la palabra griega leitourguía, que está relacionada con las palabras leitourguéō (‘realizar un servicio público’) y leitourgós (‘siervo público’ o ‘trabajador público’). Los antiguos griegos y romanos usaban estas palabras para designar un trabajo o servicio que se hacía para el Estado o para las autoridades civiles y en beneficio del pueblo. Por ejemplo, en Ro 13:6 se llama “siervos públicos [plural de leitourgós] de Dios” a las autoridades seglares porque suministran servicios beneficiosos para el pueblo. Aquí Lucas usa el término como se usa en la Septuaginta, donde estos sustantivos y este verbo a menudo se refieren al servicio que realizaban los sacerdotes y los levitas en el templo (Éx 28:35; Nú 8:22). El servicio en el templo se consideraba un servicio público porque beneficiaba al pueblo. Pero también se consideraba santo porque los sacerdotes levíticos enseñaban la Ley de Dios y ofrecían sacrificios que expiaban los pecados del pueblo (2Cr 15:3; Mal 2:7).

estaban sirviendo. O “estaban ministrando públicamente”. Aquí se usa la palabra griega leitourguéō, que está relacionada con las palabras leitourguía (‘servicio público’ o ‘ministerio público’) y leitourgós (‘siervo público’ o ‘trabajador público’). Los antiguos griegos usaban estas palabras para designar un trabajo o servicio que se hacía para el Estado o para las autoridades civiles y en beneficio del pueblo. Por ejemplo, en Ro 13:6 se llama “siervos públicos [plural de leitourgós] de Dios” a estas autoridades civiles porque suministran servicios beneficiosos para el pueblo. En Lu 1:23 (ver la nota de estudio), el término leitourguía se traduce como “servicio santo” (o “servicio público”) refiriéndose al ministerio de Zacarías, el padre de Juan el Bautista. En ese versículo, se refleja el uso que les da la Septuaginta a todos estos términos relacionados para referirse al servicio que realizaban los sacerdotes y los levitas en el tabernáculo (Éx 28:35; Nú 1:50; 3:31; 8:22) y en el templo (2Cr 31:2; 35:3; Joe 1:9, 13; 2:17). Este servicio incluye la idea de un ministerio a favor del pueblo. Sin embargo, en algunos contextos también incluye la idea de santidad porque los sacerdotes levíticos enseñaban la Ley de Dios (2Cr 15:3; Mal 2:7) y ofrecían sacrificios que expiaban los pecados del pueblo (Le 1:3-5; Dt 18:1-5). En Hch 13:2, el verbo griego leitourguéō se emplea con un sentido más amplio. Describe el ministerio que realizaban los maestros y los profetas cristianos dentro de la congregación de Antioquía de Siria. El término alude a las diferentes formas de devoción y servicio a Dios, que abarcan aspectos del ministerio cristiano como la oración, la predicación y la enseñanza. El ministerio de estos maestros y profetas sin duda también incluía la predicación pública (Hch 13:3).

sirviendo a Jehová. Aquí se usa el verbo griego leitourguéō (‘servir’ o ‘ministrar’). La Septuaginta emplea con frecuencia este verbo al traducir pasajes de las Escrituras Hebreas donde aparece el nombre de Dios en el texto hebreo original. Por ejemplo, en 2Cr 13:10 usa la misma expresión griega de Hch 13:2 como traducción de la frase hebrea para “sirviendo a Jehová”. También la utiliza en 2Cr 35:3 como traducción de la frase hebrea para “sirvan a Jehová” (1Sa 2:11; 3:1; Eze 45:4; Joe 2:17). Ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 13:2).

Seleucia. Ciudad fortificada situada en la costa mediterránea a unos 20 km (12 mi) al suroeste de Antioquía de Siria, para la que servía de puerto. Las dos ciudades estaban conectadas por tierra y por río. El río Orontes, que era navegable, pasaba por Antioquía y desembocaba en el mar Mediterráneo a poca distancia del sur de Seleucia. Esta ciudad fue fundada por uno de los generales de Alejandro Magno, Seleuco I Nicátor. Él la llamó Seleucia en honor de su propio nombre. Fue en Seleucia donde Pablo se embarcó con Bernabé al comienzo de su primer viaje misionero, alrededor del año 47 de nuestra era. Seleucia estaba situada justo al norte de la ciudad de Süveydiye (o Samandaǧ) en la actual Turquía. Los sedimentos arrastrados por el río Orontes han convertido el antiguo puerto de Seleucia en una zona pantanosa. Ver apén. B13.

se embarcaron para Chipre. Se trataba de un viaje de unos 200 km (125 mi). Con viento a favor, un barco del siglo primero podía recorrer unos 150 km (93 mi) al día. Si el tiempo era malo, el viaje era mucho más lento. Bernabé era natural de Chipre. Ver apén. B13.

Marcos. Viene del nombre latino Marcus. Marcos era el sobrenombre romano del “Juan” que se menciona en Hch 12:12. Su madre, que fue una de las primeras discípulas, se llamaba María y vivía en Jerusalén. Este Juan Marcos era “el primo de Bernabé” (Col 4:10) y lo acompañó en algunos de sus viajes. También viajó con Pablo y otros de los primeros misioneros cristianos (Hch 12:25; 13:5, 13; 2Ti 4:11). Aunque en ningún lugar de este Evangelio se dice quién lo escribió, algunos escritores de los siglos segundo y tercero se lo atribuyen a Marcos.

Salamina. Ciudad situada en el lado este de la isla de Chipre. Aunque Pafos, que estaba en la costa oeste de la isla, era la capital romana, era muy lógico empezar la gira de predicación por Chipre en Salamina. Estaba más cerca del punto de partida del viaje (a poca distancia de Antioquía de Siria) y era el centro cultural, académico y comercial de la isla. Tenía una considerable población de judíos y más de una sinagoga. Bernabé, al ser natural de Chipre, sin duda fue un guía ideal para los misioneros. Dependiendo de la ruta que siguieron, es posible que recorrieran a pie al menos 150 km (unas 100 mi) en su gira por la isla. Ver apén. B13.

Juan. Aquí se refiere a Juan Marcos. Fue discípulo de Jesús, “primo de Bernabé” (Col 4:10) y escritor del Evangelio de Marcos (ver la nota de estudio del título de Marcos). En Hch 13:13 también se lo llama Juan. Pero, en los otros tres versículos de Hechos donde es mencionado, su nombre aparece junto con su sobrenombre romano: Marcos (Hch 12:12, 25; 15:37). “Juan” es el equivalente en español del nombre hebreo Jehohanán o Johanán, que significa ‘Jehová ha mostrado favor’ o ‘Jehová ha sido compasivo’. En el resto de las Escrituras Griegas Cristianas se lo llama sencillamente Marcos (Col 4:10; 2Ti 4:11; Flm 24; 1Pe 5:13).

procónsul. Título del gobernador de una provincia que dependía del Senado romano. Algunas provincias romanas, como Judea, eran provincias imperiales directamente gobernadas por el emperador, quien nombraba a un gobernador. Como Chipre se convirtió en una provincia senatorial en el año 22 antes de nuestra era, era gobernada por un procónsul. En una moneda descubierta en Chipre se ve, por un lado, la cabeza y el título del emperador romano Claudio (escrito en latín) y, por el otro, la inscripción “Bajo Cominio Proclo, procónsul de los chipriotas” (escrita en griego). Ver glosario.

Saulo. Nombre que significa ‘pedido [a Dios]’ o ‘solicitado [a Dios]’. Saulo, también conocido por su nombre romano Pablo, era “de la tribu de Benjamín, hebreo de padres hebreos” (Flp 3:5). Como tenía la ciudadanía romana de nacimiento (Hch 22:28), es lógico que sus padres judíos también le pusieran el nombre latino Paulus, que significa ‘pequeño’ y del que vienen Paulo o Pablo. Es probable que tuviera el nombre hebreo y el latino desde niño. Puede haber varias razones por las que sus padres le pusieron Saulo. Por un lado, era un nombre tradicional e importante en la tribu de Benjamín porque el primer rey de todo Israel había sido un benjaminita llamado Saúl (1Sa 9:2; 10:1; Hch 13:21). También puede que sus padres eligieran ese nombre por su significado o porque el padre se llamaba Saúl y siguieron la costumbre de que el hijo heredara el nombre del padre (comparar con Lu 1:59). Fuera cual fuera la razón, él usó su nombre hebreo, Saulo, entre judíos, sobre todo cuando estudiaba para ser fariseo y vivir como fariseo (Hch 22:3). Y, aun después de hacerse cristiano, parece que fue conocido principalmente por su nombre hebreo durante más de una década (Hch 11:25, 30; 12:25; 13:1, 2, 9).

Saulo, también llamado Pablo. A partir de este momento, a Saulo se lo llama Pablo. Este apóstol era hebreo, pero también era ciudadano romano desde que nació (Hch 22:27, 28; Flp 3:5). Así que es probable que, desde niño, tuviera el nombre hebreo “Saulo” y el nombre romano “Pablo”. No era extraño que los judíos de aquel entonces, sobre todo los que vivían fuera de Israel, tuvieran dos nombres (Hch 12:12; 13:1). Algunos de los parientes de Pablo también tenían nombres romanos y griegos (Ro 16:7, 21). Como Pablo era “apóstol a las naciones”, había recibido la comisión de declarar las buenas noticias a los no judíos (Ro 11:13). Parece que el propio Pablo decidió usar su nombre romano, tal vez porque creía que tendría más aceptación (Hch 9:15; Gál 2:7, 8). Algunos dicen que adoptó su nombre romano en honor de Sergio Paulo. Pero parece poco probable, porque Pablo lo siguió usando después de abandonar Chipre. Otros piensan que evitó usar su nombre hebreo porque su pronunciación en griego era similar a un término griego que aludía a una persona (o a un animal) que camina moviendo el cuerpo de un lado a otro de forma arrogante o incluso insinuante. Ver la nota de estudio de Hch 7:58.

Pablo. En las Escrituras Griegas Cristianas, el nombre Páulos (que viene del latín Paulus y significa ‘pequeño’) se usa en el griego original 157 veces para referirse al apóstol Pablo y una para el procónsul de Chipre llamado Sergio Paulo (Hch 13:7).

los caminos [...] de Jehová. En la respuesta que Pablo le da al hechicero judío Bar-Jesús (incluida en los versículos 10 y 11) se usan varias expresiones que tienen su origen en las Escrituras Hebreas. Por ejemplo, la frase griega que aquí se traduce como “torcer los caminos” es la misma que emplea la Septuaginta en Pr 10:9 (“tuerce sus caminos”). Y algunas de las palabras griegas de la expresión “los caminos rectos de Jehová” también se emplean en la traducción de Os 14:9 de la Septuaginta. En Oseas, el texto hebreo original usa el nombre de Dios (“Y es que los caminos de Jehová son rectos”). Ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 13:10).

mano de Jehová. Esta expresión aparece con mucha frecuencia en las Escrituras Hebreas. Es una combinación de la palabra hebrea para “mano” y el Tetragrámaton. Algunos ejemplos se encuentran en Éx 9:3; Nú 11:23; Jue 2:15; Rut 1:13; 1Sa 5:6, 9; 7:13; 12:15; 1Re 18:46; Esd 7:6; Job 12:9; Is 19:16; 40:2; Eze 1:3. En la Biblia, el término mano a menudo se usa con el sentido de ‘poder’. Como la fuerza del brazo se aplica con la mano, también puede transmitir la idea de ‘fuerza aplicada’. La expresión griega que se traduce como “la mano de Jehová” también aparece en Lu 1:66 y Hch 13:11. Ver las notas de estudio de Lu 1:6, 66 y el apén. C3 (introducción y explicación de Hch 11:21).

La mano de Jehová. Ver la nota de estudio de Hch 11:21 y el apén. C3 (introducción y explicación de Hch 13:11).

las enseñanzas de Jehová. Esta expresión tiene el mismo sentido que la frase “la palabra de Dios”, que aparece en Hch 13:5. En ese versículo se dice que, cuando Pablo y sus compañeros llegaron a Chipre, “se pusieron a predicar la palabra de Dios en las sinagogas de los judíos”. El resultado fue que el procónsul Sergio Paulo “estaba muy interesado en oír la palabra de Dios” (Hch 13:7). Al ver lo que Pablo decía y hacía, Sergio Paulo quedó muy impresionado con lo que aprendió acerca de Jehová Dios y las enseñanzas que venían de él. Ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 13:12).

Antioquía de Pisidia. Ciudad de la provincia romana de Galacia. Estaba situada en la frontera de las regiones de Frigia y Pisidia, de modo que en diferentes momentos de la historia formó parte de una o de otra de las dos regiones. Sus ruinas están cerca de Yalvaç, en la actual Turquía. Se menciona a Antioquía de Pisidia aquí y en Hch 14:19, 21. El viaje desde Perga, una ciudad cercana a la costa mediterránea, hasta Antioquía de Pisidia era difícil. Esta ciudad estaba a unos 1.100 m (3.600 ft) por encima del nivel del mar (ver apén. B13), y había muchos ladrones que asaltaban a los viajeros en los peligrosos caminos entre montañas. No hay que confundir “Antioquía de Pisidia” con Antioquía de Siria (Hch 6:5; 11:19; 13:1; 14:26; 15:22; 18:22). De hecho, la mayoría de las veces que se habla de Antioquía en el libro de Hechos se refiere a Antioquía de Siria, y no a Antioquía de Pisidia.

se puso de pie para leer. Los especialistas señalan que esta es la descripción más antigua que se conoce de un servicio religioso efectuado en una sinagoga. Según la tradición judía, al principio de la reunión los asistentes hacían sus propias oraciones a medida que iban entrando al edificio. Después se recitaban las palabras de Dt 6:4-9 y 11:13-21. Luego se hacían oraciones públicas y a continuación se leía en voz alta una porción del Pentateuco siguiendo un programa. En Hch 15:21 se muestra que, en el siglo primero de nuestra era, esa lectura se llevaba a cabo “todos los sábados”. La siguiente parte de la reunión, que parece ser en lo que se centra este versículo, consistía en leer de los profetas y explicar una lección basada en la lectura. La costumbre era que el lector se pusiera de pie, y puede que tuviera algo de libertad para elegir el pasaje profético que leería. Ver la nota de estudio de Hch 13:15.

la lectura pública de la Ley y los Profetas. En el siglo primero de nuestra era, esta lectura se hacía “todos los sábados” (Hch 15:21). Un aspecto de la adoración en las sinagogas era recitar la shemá, que se consideraba la confesión de fe judía (Dt 6:4-9; 11:13-21). El nombre shemá viene de la primera palabra del primer versículo que se recitaba: “Escucha [Shemáʽ], oh, Israel. Jehová nuestro Dios es un solo Jehová” (Dt 6:4). La parte más importante del servicio religioso era la lectura de la Torá o Pentateuco. En muchas sinagogas se seguía un programa para leer la Ley entera en un año. En otras, se leía en tres años. También se leían y se explicaban porciones de los Profetas. Al terminar la lectura pública, se pronunciaba un discurso. Fue después de esta lectura pública en la sinagoga de Antioquía de Pisidia cuando invitaron a Pablo a dar unas palabras de ánimo a los allí reunidos. Ver la nota de estudio de Lu 4:16.

durante unos 450 años. En este relato Pablo hace un resumen de la historia de Israel. Comienza con un suceso clave: “Dios [...] eligió a nuestros antepasados” (Hch 13:17). Parece que Pablo está pensando en el momento en que Isaac nació y se convirtió en la descendencia prometida (Gé 17:19; 21:1-3; 22:17, 18). Como Sarái (Sara) era estéril (Gé 11:30), se había planteado la cuestión de quién sería la descendencia prometida que Dios reconocería. Esta cuestión se aclaró con el nacimiento de Isaac. Luego, Pablo cuenta todo lo que Dios hizo a favor de su pueblo elegido desde ese suceso hasta la época en que “les dio jueces”, época que terminó con “el profeta Samuel” (Hch 13:20). Así que, por lo visto, este periodo de “unos 450 años” transcurre desde que nació Isaac en el año 1918 antes de nuestra era hasta el 1467 antes de nuestra era. Este periodo se extiende 46 años después del éxodo de Egipto en el año 1513. Esto encaja con el hecho de que los israelitas vagaron durante 40 años por el desierto y tardaron 6 años en conquistar la tierra de Canaán (Nú 9:1; 13:1, 2, 6; Dt 2:7; Jos 14:6, 7, 10).

descendencia. O “descendientes”. Lit. “simiente”.

un madero. O “un árbol”. Aquí se usa la palabra griega xýlon (lit. “madera”). Este término es un sinónimo de la palabra griega staurós (que se traduce como “madero de tormento”) y se refiere al instrumento en el que Jesús fue clavado para ser ejecutado. En las Escrituras Griegas Cristianas, Lucas, Pablo y Pedro usan la palabra xýlon con este sentido un total de cinco veces (Hch 5:30; 10:39; 13:29; Gál 3:13; 1Pe 2:24). En la Septuaginta también se emplea en Dt 21:22, 23 para traducir el término hebreo correspondiente (ʽets, que significa ‘árbol’, ‘madera’, ‘pieza de madera’) en la oración que dice: “Y tú lo cuelgas en un madero”. Cuando Pablo cita de este versículo en Gál 3:13, usa xýlon en la oración: “Maldito sea todo el que sea colgado en un madero”. La Septuaginta también emplea esta palabra en Esd 6:11 (1 Esdras 6:31, LXX) para traducir la palabra aramea ʼaʽ, que equivale al término hebreo ʽets. En ese versículo, hablando del que desobedeciera el decreto de un rey persa, se dice: “Deben arrancar un madero de su casa, levantar a la persona y fijarla en él”. El hecho de que los escritores bíblicos usaran xýlon como sinónimo de staurós es una prueba más de que Jesús fue ejecutado en un madero vertical sin un travesaño, pues eso es lo que significa xýlon con este sentido especial.

madero. O “árbol”. Ver la nota de estudio de Hch 5:30.

tumba. O “tumba conmemorativa”. Ver glosario, tumba conmemorativa.

toda la voluntad de Dios. O “todo el propósito de Dios”, “todo el consejo de Dios”. Aquí esta expresión se refiere a todo lo que Dios se ha propuesto hacer mediante su Reino, incluido todo lo que ha determinado que es esencial para la salvación (Hch 20:25). La palabra griega boulḗ se puede traducir como “dirección”, “consejo” o “guía” (Lu 7:30; nota), o como “propósito” (Heb 6:17).

sirvió a Dios. O “hizo la voluntad de Dios”, “sirvió al propósito de Dios”. Ver la nota de estudio de Hch 20:27.

que temían a Dios. O “que adoraban a Dios”. El término griego sébomai también puede traducirse como “reverenciar” o “venerar”. La Peshitta en siriaco traduce esta expresión como “que temían a Dios”. Algunas traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo (señaladas con las referencias J7, 8, 10, 18 en el apén. C4) usan aquí el nombre de Dios. Así que la expresión completa podría traducirse como “que temían a Jehová”.

que adoraban a Dios. El término griego sébomai, que aquí se traduce como “que adoraban a Dios”, significa ‘adorar’, ‘reverenciar’ o ‘venerar’. También puede traducirse como “que temían a Dios” o “que eran devotos” (ver la nota de estudio de Hch 13:50). La Peshitta en siriaco dice “que temían a Dios”. Una traducción de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo (señalada con la referencia J18 en el apén. C4) usa aquí el nombre de Dios. Así que la expresión completa podría traducirse como “que temían a Jehová”.

la bondad inmerecida de Dios. Como en el pasado Pablo había sido opositor de Jesús y sus seguidores (Hch 9:3-5), era muy natural que destacara la bondad inmerecida de Jehová (ver glosario, bondad inmerecida). Pablo comprendía que la bondad inmerecida de Dios era la única razón por la que podía realizar su ministerio (1Co 15:10; 1Ti 1:13, 14). Cuando se reunió con los ancianos de Éfeso, habló dos veces de esta cualidad (Hch 20:24, 32). Y en sus 14 cartas mencionó la “bondad inmerecida” unas 90 veces, mucho más que ningún otro escritor de la Biblia. De hecho, comienza todas sus cartas, menos Hebreos, con referencias a la bondad inmerecida de Dios y de Jesús. Y en la conclusión de todas sus cartas incluye esta expresión.

la palabra de Jehová. Esta expresión tiene su origen en las Escrituras Hebreas, donde aparece como una combinación del término hebreo para “palabra” y el nombre de Dios. Esta combinación se emplea en unos 200 versículos. Algunos ejemplos se encuentran en 2Sa 12:9; 24:11, nota; 2Re 7:1; 20:16; 24:2; Is 1:10; 2:3; 28:14; 38:4, nota; Jer 1:4; 2:4; Eze 1:3; 6:1; Os 1:1; Miq 1:1; Zac 9:1, nota. En una de las primeras copias de la Septuaginta aparece esta expresión en Zac 9:1, y ahí la palabra griega lógos va seguida del nombre divino escrito en caracteres hebreos antiguos (). Este rollo de pergamino, fechado entre el año 50 antes de nuestra era y el año 50 de nuestra era, fue hallado en Nahal Hever (Israel), en el desierto de Judea, cerca del mar Muerto. Para saber las razones por las que la Traducción del Nuevo Mundo usa la frase “la palabra de Jehová” en Hch 8:25 a pesar de que muchos manuscritos griegos dicen “la palabra del Señor”, ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 8:25).

la palabra de Jehová. Ver la nota de estudio de Hch 8:25 y el apén. C3 (introducción y explicación de Hch 13:44).

para quitarles el velo a las naciones. O “para una revelación a las naciones”. El término griego apokálypsis, que aquí se traduce como “quitar el velo”, denota ‘un descubrimiento’ o ‘una revelación’ y se suele utilizar para referirse a la manifestación de asuntos espirituales o de la voluntad y los propósitos de Dios (Ro 16:25; Ef 3:3; Ap 1:1). El anciano Simeón aquí se refirió al pequeño Jesús como una luz e indicó que su iluminación espiritual beneficiaría también a las naciones no judías, y no sencillamente a los judíos de nacimiento y los prosélitos. Las palabras proféticas de Simeón concuerdan con profecías de las Escrituras Hebreas, como las que se hallan en Is 42:6 y 49:6.

hasta la parte más lejana de la tierra. O “hasta los confines de la tierra”, “hasta los extremos de la tierra”. También se emplea esta expresión griega en Hch 13:47. Allí se cita de la profecía de Is 49:6, donde la Septuaginta usa la misma expresión. Puede que las palabras de Jesús de Hch 1:8 sean un reflejo de esa profecía, donde se decía que el siervo de Jehová sería una “luz de las naciones” para que la salvación llegara “hasta las partes más lejanas de la tierra”. Esto concuerda con lo que Jesús había dicho anteriormente de que sus discípulos harían “obras más grandes” que él (ver la nota de estudio de Jn 14:12). Sus palabras de Hch 1:8 también estaban de acuerdo con lo que había dicho sobre el alcance mundial de la predicación cristiana. Ver las notas de estudio de Mt 24:14; 26:13; 28:19.

Jehová nos lo ha ordenado al decir. La cita que aparece a continuación es de Is 49:6. El contexto del pasaje hebreo original indica claramente que el que está hablando es Jehová (Is 49:5; comparar con Is 42:6). El cumplimiento de esta profecía está relacionado con la obra que harían el siervo de Jehová (Jesucristo) y sus discípulos (Is 42:1). Ver la nota de estudio de Lu 2:32 y el apén. C3 (introducción y explicación de Hch 13:47).

hasta las partes más lejanas de la tierra. O “hasta los confines de la tierra”, “hasta los extremos de la tierra”. Esta profecía es una cita de Is 49:6, donde la Septuaginta usa la misma expresión griega que en este versículo. Isaías predijo que el siervo de Jehová sería una “luz de las naciones” y que la salvación procedente de Dios llegaría “hasta las partes más lejanas de la tierra”. En Antioquía de Pisidia, Pablo y Bernabé indicaron que estas palabras proféticas eran un mandato de Jehová para que los discípulos de Cristo fueran una luz para las naciones. La expresión griega que aquí se traduce como “las partes más lejanas de la tierra” también aparece en Hch 1:8 (ver la nota de estudio). Allí se indica hasta dónde llegarían los discípulos de Jesús para dar testimonio acerca de él.

la palabra de Jehová. Esta expresión tiene su origen en las Escrituras Hebreas, donde aparece como una combinación del término hebreo para “palabra” y el nombre de Dios. Esta combinación se emplea en unos 200 versículos. Algunos ejemplos se encuentran en 2Sa 12:9; 24:11, nota; 2Re 7:1; 20:16; 24:2; Is 1:10; 2:3; 28:14; 38:4, nota; Jer 1:4; 2:4; Eze 1:3; 6:1; Os 1:1; Miq 1:1; Zac 9:1, nota. En una de las primeras copias de la Septuaginta aparece esta expresión en Zac 9:1, y ahí la palabra griega lógos va seguida del nombre divino escrito en caracteres hebreos antiguos (). Este rollo de pergamino, fechado entre el año 50 antes de nuestra era y el año 50 de nuestra era, fue hallado en Nahal Hever (Israel), en el desierto de Judea, cerca del mar Muerto. Para saber las razones por las que la Traducción del Nuevo Mundo usa la frase “la palabra de Jehová” en Hch 8:25 a pesar de que muchos manuscritos griegos dicen “la palabra del Señor”, ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 8:25).

la palabra de Jehová. Ver la nota de estudio de Hch 8:25 y el apén. C3 (introducción y explicación de Hch 13:48).

los que tenían la actitud correcta para. Esta expresión describe a unos gentiles de Antioquía de Pisidia que “se hicieron creyentes” al escuchar la predicación de Pablo y Bernabé. La palabra griega que aquí se traduce como “tenían la actitud correcta para” es una forma del verbo tássō. Este verbo tiene significados muy diferentes, como ‘establecer’, ‘poner en orden’, ‘colocar’ o ‘nombrar’. El contexto ayuda a entender qué significa en cada caso. En Hch 13:46 se contrasta a unos judíos de Antioquía de Pisidia con los gentiles que se mencionan aquí, en el versículo 48. El sábado anterior, Pablo les había dado un testimonio completo a los dos grupos con un emocionante discurso público (Hch 13:16-41). Pero, por lo que dicen Pablo y Bernabé en Hch 13:46, los judíos rechazaron tercamente “la palabra de Dios” y demostraron por su actitud y acciones que pensaban que no merecían la vida eterna. En cambio, los gentiles de la ciudad demostraron una actitud completamente distinta. Según el relato, “se alegraron y empezaron a darle gloria a la palabra de Jehová”. Así que, en este contexto, el verbo griego tássō transmite la idea de que estos no judíos de Antioquía “se pusieron a sí mismos en condiciones de” obtener vida, porque demostraron una actitud, inclinación o disposición que les permitiría obtener vida eterna. Por eso, en este versículo, una buena forma de traducir este verbo griego es “tenían la actitud correcta para”. Sin embargo, muchas Biblias usan en Hch 13:48 expresiones como “estaban destinados a”, “estaban designados para” o “estaban ordenados para”, que podrían dar la idea de que Dios los había predestinado a obtener la vida. Pero ni el contexto más inmediato ni el resto de la Biblia apoyan esta idea. Estos gentiles de Antioquía no estaban predestinados a obtener la vida eterna, tal como esos judíos tampoco estaban predestinados a no obtenerla. Pablo intentó convencer a los judíos para que aceptaran las buenas noticias, pero ellos decidieron conscientemente rechazar ese mensaje. Así que ellos no estaban predestinados a hacerlo. Jesús explicó que algunos mostrarían por sus acciones que no servían para el Reino de Dios (Lu 9:62). En cambio, los gentiles de Antioquía estuvieron en el grupo de los que, según Jesús, mostrarían por su actitud que “merecían” las buenas noticias (Mt 10:11, 13).

la palabra de Jehová. Esta expresión tiene su origen en las Escrituras Hebreas, donde aparece como una combinación del término hebreo para “palabra” y el nombre de Dios. Esta combinación se emplea en unos 200 versículos. Algunos ejemplos se encuentran en 2Sa 12:9; 24:11, nota; 2Re 7:1; 20:16; 24:2; Is 1:10; 2:3; 28:14; 38:4, nota; Jer 1:4; 2:4; Eze 1:3; 6:1; Os 1:1; Miq 1:1; Zac 9:1, nota. En una de las primeras copias de la Septuaginta aparece esta expresión en Zac 9:1, y ahí la palabra griega lógos va seguida del nombre divino escrito en caracteres hebreos antiguos (). Este rollo de pergamino, fechado entre el año 50 antes de nuestra era y el año 50 de nuestra era, fue hallado en Nahal Hever (Israel), en el desierto de Judea, cerca del mar Muerto. Para saber las razones por las que la Traducción del Nuevo Mundo usa la frase “la palabra de Jehová” en Hch 8:25 a pesar de que muchos manuscritos griegos dicen “la palabra del Señor”, ver apén. C3 (introducción y explicación de Hch 8:25).

la palabra de Jehová. Ver la nota de estudio de Hch 8:25 y el apén. C3 (introducción y explicación de Hch 13:49).

que temían a Dios. O “que adoraban a Dios”. El término griego sébomai también puede traducirse como “reverenciar” o “venerar”. La Peshitta en siriaco traduce esta expresión como “que temían a Dios”. Algunas traducciones de las Escrituras Griegas Cristianas al hebreo (señaladas con las referencias J7, 8, 10, 18 en el apén. C4) usan aquí el nombre de Dios. Así que la expresión completa podría traducirse como “que temían a Jehová”.

se sacudió la ropa. Con este gesto, Pablo indicó que no se consideraba responsable de la vida de los judíos de Corinto. Él había cumplido con su obligación de transmitirles el mensaje salvador acerca de Jesucristo. Pero ellos se habían negado a aceptarlo, así que no se le podría pedir cuentas a Pablo por lo que les pasara (ver la nota de estudio de Ustedes son responsables de su propia muerte en este versículo). Este gesto se menciona en otras ocasiones en las Escrituras. Hablando con los judíos que habían regresado a Jerusalén, Nehemías se sacudió los pliegues de su prenda de vestir para indicar que el que no cumpliera cierta promesa sería rechazado por Dios (Ne 5:13). Pablo hizo algo parecido en Antioquía de Pisidia cuando se sacudió el polvo de los pies contra los que se oponían a él en esa ciudad. Ver las notas de estudio de Hch 13:51; Lu 9:5.

ellos se sacudieron el polvo de los pies contra ellos. Aquí Pablo y Bernabé siguieron las instrucciones de Jesús registradas en Mt 10:14; Mr 6:11; Lu 9:5. Algunos judíos santurrones que viajaban por tierras gentiles, antes de volver a entrar en su territorio, se sacudían el polvo de las sandalias porque lo consideraban impuro. Sin embargo, parece que Jesús quería decir otra cosa cuando les dio estas instrucciones a sus seguidores. Con este gesto, los discípulos demostrarían que no se harían responsables por lo que les sucediera a esas personas cuando fueran juzgadas por Dios. Cuando Pablo hizo algo similar en Corinto sacudiéndose la ropa, añadió esta explicación: “Ustedes son responsables de su propia muerte. Yo no tengo la culpa”. Ver la nota de estudio de Hch 18:6.

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Hechos de los Apóstoles: Primer viaje misionero de Pablo (Hch 13:1-14:28) c. 47-48 e.c.
Hechos de los Apóstoles: Primer viaje misionero de Pablo (Hch 13:1-14:28) c. 47-48 e.c.

Los sucesos se presentan en orden cronológico.

1. Bernabé y Saulo son enviados como misioneros desde Antioquía de Siria. Para ver un mapa de sus viajes misioneros, consultar apén. B13 (Hch 13:1-3).

2. Se embarcan en Seleucia hacia Salamina, en Chipre; proclaman la palabra de Dios en las sinagogas locales (Hch 13:4-6).

3. En el relato bíblico sobre Pafos se registra por primera vez que a Saulo se lo llama Pablo (Hch 13:6, 9).

4. Sergio Paulo, el procónsul de Chipre, se hace creyente (Hch 13:7, 12).

5. Pablo y sus compañeros llegan a Perga de Panfilia; Juan Marcos regresa a Jerusalén (Hch 13:13).

6. Pablo y Bernabé predican en la sinagoga de Antioquía de Pisidia (Hch 13:14-16).

7. Muchos se reúnen en Antioquía para escuchar a Pablo y a Bernabé, pero los judíos empiezan a perseguir a los dos misioneros (Hch 13:44, 45, 50).

8. Pablo y Bernabé predican en la sinagoga de Iconio; muchos judíos y griegos se hacen creyentes (Hch 14:1).

9. En Iconio, unos judíos se oponen a los hermanos, y la ciudad se divide; los judíos tratan de apedrear a Pablo y a Bernabé (Hch 14:2-5).

10. Pablo y Bernabé van a la ciudad de Listra, en Licaonia; allí los confunden con dioses (Hch 14:6-11).

11. En Listra, unos judíos procedentes de Antioquía e Iconio se oponen ferozmente a Pablo; el apóstol es apedreado, pero sobrevive (Hch 14:19, 20a).

12. Pablo y Bernabé declaran las buenas noticias en Derbe; una buena cantidad de personas se hacen discípulos (Hch 14:20b, 21a).

13. Pablo y Bernabé regresan a las congregaciones recién formadas de Listra, Iconio y Antioquía para fortalecerlas; nombran ancianos en cada congregación (Hch 14:21b-23).

14. Vuelven a Perga y predican la palabra; luego bajan a Atalia (Hch 14:24, 25).

15. En Atalia se embarcan hacia Antioquía de Siria (Hch 14:26, 27).

Antioquía de Siria
Antioquía de Siria

En esta fotografía se ve la ciudad de Antioquía o Antakya, en la Turquía moderna. Se encuentra en la ubicación de la antigua ciudad de Antioquía, capital de la provincia romana de Siria. Se dice que, en el siglo primero de nuestra era, Antioquía de Siria era la tercera ciudad más grande del mundo romano, después de Roma y Alejandría. Algunos calculan que su población era de 250.000 personas o más. Después que Esteban fue asesinado por una chusma en Jerusalén y estalló la persecución contra los discípulos de Jesús, algunos de ellos se fueron a Antioquía. Allí tuvieron mucho éxito en predicar las buenas noticias entre la gente de habla griega (Hch 11:19-21). Más adelante, el apóstol Pablo utilizó Antioquía como la base de sus viajes misioneros. Y “fue en Antioquía donde, por dirección divina, a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez” (Hch 11:26). Esta Antioquía no debe confundirse con otra ciudad llamada Antioquía, ubicada en Pisidia (en Turquía central), mencionada en Hch 13:14; 14:19, 21 y 2Ti 3:11.

Antioquía de Siria: uno de los primeros centros del cristianismo
Antioquía de Siria: uno de los primeros centros del cristianismo

Antioquía de Siria era la capital de la provincia romana de Siria. Junto con Roma y Alejandría, fue una de las tres ciudades más importantes del Imperio romano durante el siglo primero. Se construyó en la orilla este del río Orontes (1) y, en sus orígenes, incluía una isla (2). Varios kilómetros río abajo estaba el puerto de Seleucia. Antioquía podía presumir de su hipódromo (3) para carreras de carros y caballos, uno de los más grandes de su tiempo. También era famosa por su inmensa avenida con columnas (4), que Herodes el Grande pavimentó con mármol. Tiempo después, Tiberio César le añadió columnatas cubiertas y la decoró con mosaicos y estatuas. En esta ciudad multicultural había una numerosa comunidad judía (5), de la que salieron muchos cristianos. Antioquía fue el primer lugar donde se llamó cristianos a los discípulos de Jesús (Hch 11:26). Con el tiempo, muchos gentiles se hicieron creyentes. Alrededor del año 49 de nuestra era, surgió la cuestión de la circuncisión y se decidió enviar a Jerusalén una delegación, que incluía a Pablo y Bernabé, para consultar al cuerpo gobernante (Hch 15:1, 2, 30). El apóstol Pablo usó Antioquía como centro de operaciones para sus tres viajes misioneros (Hch 13:1-3; 15:35, 40, 41; 18:22, 23). Este mapa incluye un esquema de las murallas que tuvo la ciudad durante muchos siglos.

Moneda de Chipre con el título de “procónsul”
Moneda de Chipre con el título de “procónsul”

La moneda de la foto se encontró en Chipre y fue acuñada durante el reinado de Claudio. Este emperador romano estaba en el poder cuando Pablo y Bernabé visitaron Chipre alrededor del año 47 de nuestra era. En una de las caras se ve la cabeza y el título de Claudio, y en la otra se usa la palabra “procónsul” en griego para referirse al gobernador de la isla. Las palabras empleadas en esta moneda confirman la exactitud del relato de Lucas, donde se llama a Sergio Paulo “procónsul” de Chipre (Hch 13:4, 7).