Los testigos de Jehová obtuvieron la inscripción en el registro nacional de la Federación de Rusia en 1992 y disfrutaron de libertad por un tiempo. Se volvieron a inscribir en 1999, de acuerdo con la Ley de Libertad de Conciencia y Asociaciones Religiosas. Hay cientos de grupos de Testigos registrados y activos por todo el país.

Sin embargo, cada vez se enfrentan a más obstáculos que ponen en peligro su libertad religiosa. Desde el 2009, las autoridades han aplicado indebidamente la ley federal para combatir el extremismo y han llevado a cabo una campaña nacional contra ellos. Los tribunales rusos han declarado extremistas decenas de sus publicaciones y hasta su sitio de internet, jw.org. Además, la policía ha registrado cientos de casas y lugares de reunión de los Testigos, y algunos fiscales los han acusado de cometer delitos penales y faltas administrativas simplemente por asistir a reuniones religiosas o dirigirlas.

A pesar de que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y otros organismos internacionales han condenado este acoso, las autoridades rusas no han hecho prácticamente nada para detener el hostigamiento y la discriminación que sufre esta comunidad religiosa. Al contrario, se empeñan cada vez más en restringir la obra de los testigos de Jehová.