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Consejos para las familias

La llegada de los hijos y la relación de pareja

La llegada de los hijos y la relación de pareja

Carlos: “María y yo estábamos entusiasmados con la llegada de nuestra niña, pero pasé mucho sueño los primeros meses. Habíamos planeado cómo cuidarla, pero nada parecía salir bien”. *

María: “Al nacer la nena, mi vida dejó de ser mía. De pronto, todo empezó a girar en torno al siguiente biberón, al cambio de pañales o a procurar que se durmiera. El cambio fue del cielo a la Tierra. Tardé meses en recuperar la relación normal con Carlos”.

MUCHAS personas consideran que tener hijos es una de las mayores alegrías de la vida. De hecho, la Biblia los llama “un galardón”, o regalo, de Dios (Salmo 127:3). Los padres primerizos, como Carlos y María, también saben que su matrimonio puede cambiar de forma inesperada. Por ejemplo, la madre tal vez se centre en su bebé y se sorprenda al ver cómo reacciona física y emocionalmente ante el más leve gemido del recién nacido. El padre puede que se maraville del lazo que se ha formado entre el niño y su esposa, pero al mismo tiempo quizás le preocupe sentirse un tanto marginado.

Lo cierto es que el nacimiento del primer hijo pudiera ser el detonante de una crisis matrimonial. Tal vez las tensiones propias de la situación saquen a la luz las inseguridades emocionales de la pareja y magnifiquen sus problemas.

Entonces, ¿cómo pueden los padres primerizos adaptarse al frenético ritmo de los primeros meses, cuando el recién nacido exige toda su atención? ¿Qué pueden hacer para no descuidar su intimidad? ¿Cómo afrontar los desacuerdos en cuanto a la crianza? Veamos cada uno de estos problemas y los principios bíblicos que pueden servir para resolverlos.

PROBLEMA 1: La vida gira en torno al bebé.

La madre le dedica todo el tiempo y atención a su bebé. Ella puede sentirse totalmente realizada al cuidar del pequeñín, pero su esposo quizá se sienta abandonado. Manuel, de Brasil, dice: “Mi esposa se volcó con el nene, y eso fue para mí lo más difícil de aceptar. Antes nos teníamos el uno al otro, y de pronto todo cambió: era solo mi esposa y el niño”. Veamos cómo lidiar con la situación.

Recomendación: Tengan paciencia.

La Biblia dice que “el amor es sufrido y bondadoso”, “no busca sus propios intereses” y “no se siente provocado” (1 Corintios 13:4, 5). ¿Cómo pueden los padres seguir estos consejos?

El hombre prudente le demuestra amor a su esposa aprendiendo cuáles son los efectos físicos y mentales que produce en la mujer el nacimiento de un hijo. Uno de ellos es la tendencia a los cambios repentinos de humor. * Adam, que vive en Francia y es padre de una niña de once meses, admite: “A veces me cuesta aceptar los cambios de humor de mi esposa, pero trato de recordar que no está molesta conmigo, sino que es una reacción ante las presiones que conllevan las nuevas circunstancias”.

Esposo, ¿se incomoda su mujer con la ayuda que le presta? En tal caso, no se ofenda (Eclesiastés 7:9). Sea paciente y anteponga los intereses de ella a los suyos propios, así evitará enojarse (Proverbios 14:29).

Por otra parte, la esposa perspicaz animará a su marido a que asuma sus nuevas funciones. Lo incluirá en el cuidado del chiquitín enseñándole con paciencia cómo se cambian los pañales o se preparan los biberones, aunque al principio no lo haga bien.

Helena, madre de 26 años, reconoce que necesitó hacer varios cambios en la forma de tratar a su esposo. “Tuve que aprender a no ser tan posesiva con la niña —dice— y a no exigirle que la atendiera igual que yo.”

¿POR QUÉ NO INTENTAN ESTO? Esposa, si su marido cuida al niño diferente a como usted lo hace, resista el impulso de criticarlo o de quitarle el trabajo de las manos. Felicítelo por lo que hace bien, y así aumentará su confianza. Pídale que le ayude. Esposo, reduzca al mínimo las actividades menos importantes a fin de apoyar a su esposa lo máximo posible, especialmente durante los primeros meses de la criatura.

PROBLEMA 2: Se debilita la relación de pareja.

Muchos padres primerizos están tan exhaustos por la falta de sueño y las tensiones inesperadas que tienden a distanciarse. Vivianne, madre francesa de dos hijos, admite: “Al principio estaba tan enfrascada en mis labores de madre que casi se me olvidaron las de esposa”.

Por otra parte, el hombre quizá no se percate de que el embarazo le ha supuesto a su esposa un desgaste tanto físico como emocional. El bebé consume el tiempo y las energías que antes utilizaban para mantenerse emocional y sexualmente unidos. Entonces, ¿cómo puede la pareja asegurarse de que su indefensa y adorable criatura no los desuna?

Recomendación: Reafirmen su amor mutuo.

La Biblia dice sobre la unión matrimonial: “El hombre dejará a su padre y a su madre, y tiene que adherirse a su esposa, y tienen que llegar a ser una sola carne” (Génesis 2:24). * Jehová Dios se propuso que los hijos dejaran la casa algún día pero que la unión entre el marido y la mujer durara toda la vida (Mateo 19:3-9). Sin duda, el que una pareja primeriza asimile esta idea les ayudará a mantener sus prioridades en la debida perspectiva.

Vivianne confiesa: “Reflexioné sobre las palabras de Génesis 2:24 y comprendí que había llegado a ser ‘una sola carne’ con mi marido, no con mi hijo. Vi la importancia de fortalecer nuestro matrimonio”. Theresa, madre de una niña de dos años, dice: “Si noto que me estoy distanciando de mi esposo, hago esfuerzos enseguida para darle toda mi atención, aunque sea un ratito al día”.

¿Qué puede hacer el hombre para unir más el matrimonio? Decirle a su esposa que la quiere y demostrárselo con actos de amor, y hacer todo lo posible por disipar cualquier inseguridad que ella pudiera albergar. Sarah, madre de 30 años, señala: “La mujer necesita sentirse valorada y querida, aunque su cuerpo haya cambiado con el embarazo”. Alan, que vive en Alemania y es padre de dos hijos, considera muy importante brindar apoyo emocional a su esposa. “He tratado siempre de ser su paño de lágrimas”, comenta.

Se comprende que la llegada de un bebé interrumpa la marcha normal de las relaciones sexuales de la pareja. Por eso, ambos deben hablar sobre sus necesidades. La Biblia indica que los cambios en la sexualidad del matrimonio deben producirse “de común acuerdo” (1 Corintios 7:1-5). Para ello se necesita comunicación. Debido a su crianza o cultura, tal vez no les resulte fácil hablar sobre estos temas, pero es imprescindible que lo hagan a fin de compenetrarse ahora que son padres. Sean comprensivos, pacientes y claros (1 Corintios 10:24). Así evitarán malentendidos y estrecharán sus lazos de amor (1 Pedro 3:7, 8).

Los cónyuges también pueden profundizar su amor agradeciendo lo que el otro hace. El hombre perspicaz se dará cuenta de que gran parte del trabajo de la esposa pasa desapercibido. Vivianne dice: “Al final del día me sentía como si no hubiera logrado nada, aunque había estado sin parar atendiendo a la nena”. Pero aun cuando haya estado muy ocupada, la mujer sensata no menospreciará el aporte de su esposo a la familia (Proverbios 17:17).

¿POR QUÉ NO INTENTAN ESTO? Madres, échense una siesta mientras el bebé duerme un rato. Si “recargan las baterías”, tendrán más energía para dedicársela a su cónyuge. Padres, si es posible, levántense por la noche a cambiar al bebé o a darle de comer para que su esposa descanse. Confírmenle su amor dejándole notitas, enviándole mensajes de texto o llamándola por teléfono. Dedíquense tiempo a conversar. Hablen de ustedes mismos y no solo del nene. Mantengan firmes los lazos de amistad. Así estarán mejor preparados para enfrentarse a los desafíos de ser padres.

PROBLEMA 3: Diferencia de opiniones.

A veces surgen discusiones por las diferentes crianzas. Una madre japonesa de nombre Asami y su esposo, Katsuro, se toparon con esta situación. Asami dice: “Yo creía que Katsuro era muy blando con nuestra hija, pero él creía que yo era muy estricta”. ¿Cómo evitar este tira y afloja?

Recomendación: Comuníquense y apóyense.

El sabio Salomón escribió: “Por la presunción solo se ocasiona una lucha, pero con los que consultan juntos hay sabiduría” (Proverbios 13:10). ¿Conocen el punto de vista de su cónyuge sobre la crianza de los hijos? Si no hablan del tema y esperan a que nazca el bebé, quizá terminen discutiendo en vez de unir sus fuerzas para superar el reto.

Por ejemplo, pregúntense en cuál de las siguientes cuestiones se pusieron de acuerdo: “¿Cómo acostumbraremos al niño a comer sano y a tener buenos hábitos de sueño? ¿Lo sacaremos de la cuna siempre que llore? ¿Cuándo le enseñaremos a usar el inodoro infantil?”. Claro está, cada pareja tomará sus decisiones. Ernesto, padre de dos hijos, dice: “Hay que hablar de estos asuntos para estar en la misma sintonía, porque juntos se atienden mejor las necesidades de los niños”.

¿POR QUÉ NO INTENTAN ESTO? Piensen en la crianza que les dieron sus padres y decidan qué actitudes y acciones copiarán o evitarán al educar a su hijo. Coméntenlo entre ustedes.

Cambios positivos en el matrimonio

Igual que una pareja de patinadores novatos necesita tiempo y paciencia para sincronizar sus movimientos sobre el hielo, los padres primerizos necesitan tiempo para adaptarse a su nuevo papel. Pero poco a poco irán ganando confianza.

La crianza de los hijos pondrá a prueba la unidad de los cónyuges y cambiará para siempre su relación. Sin embargo, les dará la oportunidad de desarrollar cualidades muy valiosas. Si ponen en práctica los sabios consejos bíblicos, su experiencia será como la de un padre llamado Kenneth, quien dice: “Criar a nuestros hijos nos ha hecho mucho bien. Ahora somos menos egocéntricos y más cariñosos y comprensivos”. Este tipo de cambios son buenos para el matrimonio.

^ párr. 3 Se han cambiado los nombres.

^ párr. 11 Muchas madres sufren leves períodos de tristeza durante las semanas que siguen al parto. Otras sufren una dolencia más grave conocida como depresión posparto. Para más información y consejos, véanse los siguientes artículos de la revista ¡Despertad!, editada por los testigos de Jehová: “Gané la batalla contra la depresión posparto” (22 de julio de 2002), y “¿Qué es la depresión posparto?” (8 de junio de 2003). También pueden leerse estos artículos en www.watchtower.org.

^ párr. 19 Según un especialista, el verbo hebreo traducido “adherirse” en Génesis 2:24 transmite la idea de “adhesión fiel”.

PREGUNTAS PARA PENSAR

  • ¿Qué he hecho esta última semana para demostrarle a mi cónyuge que agradezco lo que hace por la familia?

  • ¿Cuándo fue la última vez que tuve una buena conversación con mi pareja que no girara en torno a los niños?