Ir al contenido

Ir al índice

¿Debería entretenerme con los videojuegos?

¿Debería entretenerme con los videojuegos?

Los jóvenes preguntan

¿Debería entretenerme con los videojuegos?

NO SON solo una diversión de alta tecnología. Los videojuegos ponen a prueba tus destrezas y combaten el aburrimiento. Pero eso no es todo: también mejoran los reflejos y, según varios estudios, la concentración visual. Algunos incluso pueden ayudarte a mejorar en la lectura y las matemáticas. Además, el último videojuego seguramente es tema de conversación entre tus compañeros de clase, y si lo has jugado, tendrás algo de que hablar con ellos.

Claro, tus padres decidirán si puedes entretenerte con dichos juegos (Colosenses 3:20). Si te lo permiten, hay gran variedad de juegos a tu alcance que son divertidos y, al mismo tiempo, moralmente aceptables. Aun así, ¿por qué debes tener cuidado?

El lado oscuro

Brian, de 16 años, dice: “Los videojuegos son superdivertidos”. Pero, como bien sabrás, no todos son inofensivos. El propio Brian admite: “En algunos puedes hacer cosas que nunca harías en la vida real sin meterte en problemas”. ¿Qué clase de comportamiento fomentan estos juegos?

Muchos promueven descaradamente la inmoralidad, la violencia y el uso de lenguaje obsceno, prácticas que condena la Biblia (Salmo 11:5; Gálatas 5:19-21; Colosenses 3:8). Algunos exaltan el espiritismo. Adrián, de 18 años, dice que hay un juego popular que contiene “peleas entre pandillas, drogas, palabrotas, sexo, violencia extrema y sangre a borbotones”. Y cada nuevo juego hace que el anterior parezca inocente. James, de 19 años, dice que los más populares se pueden jugar en línea, lo que da a este tipo de entretenimiento una dimensión totalmente nueva. “Desde tu propia computadora —apunta James— puedes competir con personas del otro lado del planeta.”

Los juegos de rol están muy de moda. En estos, uno puede crear un personaje —humano, animal o una combinación de ambos— que vive en un mundo cibernético poblado de miles de jugadores. En este universo virtual hay casas, automóviles, tiendas, discotecas, burdeles... en fin, real como la vida misma. Los jugadores pueden enviarse mensajes instantáneos mientras sus avatares, o personajes, interactúan.

¿Qué ocurre en estos mundos virtuales? “Hay gente normal que hace cosas que nunca haría en la vida real, ya sea porque no puede o porque no se atreve”, asegura un periodista. Y después añade: “El sexo y la prostitución están por todas partes”. Con tan solo unos clics, los jugadores pueden hacer que sus personajes participen en actos sexuales mientras que ellos intercambian mensajes instantáneos de carácter erótico. Además, esos mundos virtuales “están saturados de delitos, mafiosos, proxenetas, extorsionistas, falsificadores y asesinos”, informa la revista New Scientist. Otra revista indica que “se han levantado voces de alarma respecto a ciertas actividades que se considerarían ilegales fuera de la computadora. Por ejemplo, algunos visitan burdeles virtuales donde pueden satisfacer sus fantasías sexuales asumiendo el papel de un violador. Y otros realizan actos sexuales utilizando avatares con la apariencia de niños”.

Tu elección es importante

Quienes se entretienen con esos juegos llenos de violencia e imágenes gráficas de sexo tal vez digan que no causan ningún daño, que son solo juegos. Pero no te dejes engañar; eso no es cierto.

La Biblia dice: “Hasta por sus prácticas el muchacho se da a conocer en cuanto a si su actividad es pura y recta” (Proverbios 20:11). Si acostumbras entretenerte con videojuegos violentos e inmorales, ¿podría decirse que eres puro y recto? Hay muchísimos estudios que demuestran que quienes ven programas violentos se vuelven más agresivos. Y hace poco, New Scientist señaló: “Puesto que son interactivos, los videojuegos influyen más en la gente que la televisión”.

Entretenerse con juegos violentos e inmorales es como jugar con residuos radiactivos. Los efectos dañinos quizá no se vean de inmediato, pero son inevitables. ¿Por qué? La exposición a altas dosis de radiación puede destruir el revestimiento del aparato digestivo y permitir que las bacterias del intestino invadan la corriente sanguínea, lo que causaría una enfermedad. De igual manera, la exposición a escenas eróticas y violencia atroz puede erosionar tu “sentido moral” y permitir que los deseos carnales dominen tus pensamientos y acciones (Efesios 4:19; Gálatas 6:7, 8).

¿Qué juegos debo escoger?

Si tus padres permiten que te entretengas con cualquier videojuego, ¿cómo puedes saber cuáles seleccionar y cuánto tiempo dedicarles? Plantéate las siguientes preguntas:

¿Ofenderá mi selección a Jehová? La clase de juegos que elijas puede influir en cómo te ve Dios. “Jehová mismo examina al justo así como al inicuo, y Su alma ciertamente odia a cualquiera que ama la violencia.” (Salmo 11:5.) La Biblia afirma respecto a los que practican espiritismo: “Todo el que hace estas cosas es algo detestable a Jehová” (Deuteronomio 18:10-12). Si queremos ser amigos de Dios, tenemos que seguir el consejo de Salmo 97:10: “Oh amadores de Jehová, odien lo que es malo”.

¿Influirá el juego en mi forma de pensar? Pregúntate: “¿Contribuirá a que se me haga más fácil o, por el contrario, más difícil ‘huir de la fornicación’?” (1 Corintios 6:18). Los juegos que te exponen a imágenes o conversaciones que despiertan el deseo sexual no te ayudarán a concentrarte en cosas justas, castas ni virtuosas (Filipenses 4:8). Amy, de 22 años, reconoce: “Muchos juegos te insensibilizan a la violencia, el lenguaje obsceno, la inmoralidad y cosas así. Eso puede hacer que bajes la guardia en otros aspectos de la vida. Hay que seleccionar los juegos con mucho cuidado”.

¿Cuánto tiempo le dedicaré? Deborah, de 18 años, admite: “No creo que todos los videojuegos sean malos. El problema es que consumen mucho tiempo y hasta pueden ser adictivos”. Eso sucede incluso con los juegos más inocentes. Así que, lleva un registro del tiempo que pasas jugando y compáralo con el tiempo que dedicas a actividades más importantes. De este modo verás si le estás dando prioridad a lo que verdaderamente vale la pena (Efesios 5:15, 16).

La Biblia no exige que te pases la vida estudiando y trabajando. A todos nos recuerda que hay “tiempo de reír” y “tiempo de dar saltos” (Eclesiastés 3:4). Conviene tener en cuenta que la expresión “dar saltos” se refiere tanto a jugar como a participar en actividades físicas. Por consiguiente, ¿por qué no usas parte de tu tiempo libre en actividades que requieran ejercicio físico en vez de tan solo sentarte frente a un monitor?

Elige bien

No hay duda de que los videojuegos pueden ser entretenidos, sobre todo si eres muy bueno. Y ahí está precisamente la razón por la que debes elegir bien. Pregúntate: “¿En qué materias me destaco en la escuela?”. ¿Verdad que suele ser en las que más te gustan? La realidad es que, por lo general, cuanto más disfrutas de una asignatura, mayor es la impresión que causa en ti. Ahora pregúntate: “¿Cuál es mi videojuego favorito? ¿Qué lecciones morales me está enseñando?”.

¿Por qué no escribes un breve resumen de cada juego que te gusta, en el que indiques su objetivo y los métodos que se emplean para alcanzarlo? Para determinar si el juego te conviene, compara el resumen con los principios bíblicos mencionados en este artículo.

En vez de entretenerte con un juego únicamente porque a tus compañeros les gusta, infórmate bien y ten el valor de tomar tu propia decisión. Por encima de todo, obedece este consejo bíblico: “Sigan asegurándose de lo que es acepto al Señor” (Efesios 5:10).

Encontrarás más artículos de la sección “Los jóvenes preguntan” en www.watchtower.org/yps

PARA PENSAR

▪ ¿Qué dirías si un amigo te invitara a jugar un videojuego violento o inmoral?

▪ ¿Cómo puedes asegurarte de que tus videojuegos no interfieran con actividades más importantes?

[Comentario de la página 19]

Entretenerse con juegos violentos e inmorales es como jugar con residuos radiactivos. Los efectos dañinos quizá no se vean de inmediato, pero son inevitables

[Recuadro de la página 18]

¿Con qué frecuencia juegas?

Casi nunca

Una vez por semana

Todos los días

Cada vez que te pones a jugar, ¿cuánto tiempo dedicas?

Unos minutos

Alrededor de una hora

Más de dos horas

¿Qué tipo de juegos prefieres?

De carreras

De deportes

De disparos

Otros

Anota a continuación un videojuego con el que sabes que no deberías entretenerte

․․․․․

[Ilustración y recuadro de las páginas 20 y 21]

A LOS PADRES

Después de leer el artículo sobre los videojuegos, usted tal vez se dio cuenta de que son muy diferentes a los que había en su adolescencia. ¿Cómo puede ayudar a su hijo a reconocer los peligros que encierran y la forma de evitarlos?

No se lograría mucho condenando todos los juegos o afirmando que son una total pérdida de tiempo. Recuerde que no todos los juegos son malos. Aun así, pueden ser adictivos y consumir mucho tiempo. Así que analice cuánto tiempo pasa su hijo jugando. Fíjese además en la clase de juegos que parecen atraerle. Incluso pudiera hacerle preguntas como estas:

¿Cuál es el juego que más les gusta a tus compañeros de clase?

¿De qué trata?

¿Por qué te parece que es tan popular?

Puede que descubra que su hijo sabe más sobre los videojuegos de lo que usted se imaginaba. Quizás hasta ha jugado con algunos que usted considera cuestionables. Si ese es el caso, no se alarme. Ahora tiene la oportunidad de ayudar a su hijo a desarrollar sus facultades perceptivas (Hebreos 5:14).

Haga preguntas que ayuden a su hijo a determinar por qué le atraen los juegos que no son muy recomendables. Por ejemplo, pudiera preguntarle:

¿Te sientes aislado de tus compañeros por que te prohibimos ese juego en particular?

Como se indicaba en la primera página del artículo anterior, los jóvenes tal vez prueben cierto juego para tener algo de que hablar con sus amigos. Si ese es el caso de su hijo, no convendría que manejara el asunto como lo haría si se enterara de que realmente le atrae el juego por sus escenas sangrientas o eróticas (Colosenses 4:6).

Pero ¿y si es así? ¿Qué hará si a su hijo le atraen los aspectos negativos del juego? Algunos jóvenes enseguida se excusan diciendo que la violencia extrema no les afecta. Afirman: “No porque lo haga en el juego lo voy a hacer en la vida real”. Si así es como piensa su hijo, pídale que lea Salmo 11:5, que se cita en la página 20. Como aclara este versículo, no solo los violentos reciben la desaprobación divina, sino también quienes aman la violencia. El mismo principio es aplicable a la inmoralidad sexual y a cualquier otro pecado que la Biblia condene (Salmo 97:10).

Algunos expertos recomiendan lo siguiente:

No permita que sus hijos jueguen en un lugar aislado, como el dormitorio.

Póngales reglas (por ejemplo, no los deje jugar si no han terminado sus tareas escolares, su cena, o cualquier otra actividad importante).

Ayúdeles a entender los beneficios de participar en actividades que requieran ejercicio físico.

Vigile a sus hijos mientras juegan, o mejor aún, juegue con ellos de vez en cuando.

Por supuesto, para aconsejar a sus hijos sobre el entretenimiento, usted debe dar buen ejemplo. Así que, pregúntese: “¿Qué programas y películas veo yo?”. No le quepa la menor duda: si no se rige por las mismas normas que impone a sus hijos, ellos se darán cuenta enseguida.